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El Camino de Santiago en otoño: 4 ventajas y algunos consejos

Todavía hay algunas personas que creen que el Camino de Santiago es para hacer en verano. Pero lo cierto es que el otoño es nuestra estación favorita, y aquí te explicamos por qué
Camino de Santiago en otoño

Va pasando el verano y es momento de ponerse en marcha para planificar con antelación suficiente tu Camino de Santiago en otoño: una oportunidad magnífica para vivir toda una experiencia vital en medio de los colores dorados y ocres de la naturaleza, las mañanas envueltas en niebla y un sendero que se abre ante ti para que lo recorras. Déjame decirte que el otoño es el momento perfecto para descubrir la belleza y el encanto de esta ruta milenaria.

Pero, ¿qué hace del Camino de Santiago en otoño una experiencia tan especial? En fin, hay toda una serie de motivos que no dependen de la época del año (aquí ya hemos hablado de unos cuantos). Pero, además, la posibilidad de hacerlo en otoño suma algunas ventajas. Vamos a enumerar algunas de ellas.

Ventajas de hacer el Camino de Santiago en otoño

1. Temperaturas más suaves

En primer lugar, la meteorología. Las temperaturas suaves y el aire fresco, que son más frecuentes en otoño, hacen que caminar sea un verdadero placer. Ya no tendrás que preocuparte por el calor agobiante del verano ni de madrugar para evitar las horas centrales del día, sobre todo en áreas de la meseta castellana, donde el sol castiga más. En condiciones normales, tampoco tendrás que preocuparte del frío del invierno, del que también hemos hablado en relación al Camino.

Sin embargo, seamos honestos: es cierto que el otoño trae consigo una alta posibilidad de lluvias, especialmente en los tramos en Galicia y Asturias y a medida que nos vamos a finales de octubre y el mes de noviembre. Pero esto no debería echarte atrás. La lluvia es parte del Camino y puede añadir un toque especial a tu experiencia: otro reto más para superar. Simplemente ponte tu chubasquero o uno de los típicos ponchos de fécula que hoy se encuentran por todas partes, calza tus botas impermeables y sigue adelante. La lluvia no tiene por qué ser un obstáculo insalvable, sino más bien una oportunidad para conectarte con la naturaleza de una manera diferente.

2. Menos multitudes

La otra gran ventaja (para muchas personas es incluso la principal) es que, en esta época del año, las multitudes del verano disminuyen considerablemente. Si eres de los que prefieren la tranquilidad y la introspección, el Camino de Santiago en otoño es perfecto para ti.

Los alojamientos y los senderos estarán más despejados, lo que te permitirá conectar más fácilmente con tus pensamientos y emociones. Imagina caminar en solitario (o casi) por esta ruta ancestral, sintiendo cómo la energía de los peregrinos que te precedieron te impulsa hacia adelante.

3. Un nuevo paisaje

La otra gran ventaja de hacer el Camino de Santiago en otoño es el paisaje. La estación pinta el Camino de Santiago con una paleta de colores vibrantes. Los viñedos se tiñen de rojo y naranja, los campos de cereal adquieren un tono dorado y los bosques se visten de matices ocre y cobrizos. ¿Qué más se puede pedir?

Cada curva del camino sorprende a quien camina, regalándole una estampa fascinante. Así que la cámara del teléfono se convertirá, inevitablemente, en tu principal aliada para capturar esta belleza efímera (aunque nosotros siempre te recomendaremos ver con los ojos, y no a través de la pantalla).

4. Una gastronomía única

Por último, no podríamos dejar de citar la gastronomía. Uno de esos motivos que cada día más personas reconocen para aventurarse en el Camino de Santiago también se transforma con la llegada del otoño. Los platos de cuchara reaparecen todo a lo largo del Camino. Pero es que, además, el otoño es la época de los vinos, de las setas y de las castañas — y de toda la cultura asociada a estos elementos.

Si vas a caminar o pedalear por Galicia, tendrás la oportunidad de participar en los magostos, las fiestas tradicionales y populares de infinidad de pueblos y barrios alrededor de la castaña. Si atraviesas zonas vitivinícolas como La Rioja, el Bierzo o las Rías Baixas o la Ribeira Sacra gallegas, podrás ver en acción la vendimia. Y esto son solo algunos ejemplos.

Las castañas son uno de los manjares propios del otoño en el Camino de Santiago
Las castañas son uno de los manjares propios del otoño en el Camino de Santiago

Desventajas de hacer el Camino de Santiago en otoño

Como todo en la vida, hacer el Camino de Santiago en otoño también puede presentar inconvenientes. La lluvia ya la hemos mencionado. Con ella aparecen los caminos embarrados y la dificultad que eso significa. Especialmente para aquellas personas que opten por hacer el Camino en bicicleta.

Pero, sinceramente, las personas con más experiencia en el Camino no consideran esto como una verdadera desventaja, sino como una característica más del Camino. Al fin y al cabo, las lluvias también pueden aparecer en verano o en primavera. Especialmente en lugares con una meteorología tan cambiante e inestable como Galicia y, en general, toda la cornisa cantábrica de la península ibérica.

Aún así, siempre es bueno consultar la meteorología esperada (y hacerlo también mientras vas avanzando). Hay infinidad de webs y apps para consultar el tiempo, pero Meteogalicia tiene un servicio específico para el tiempo en el Camino de Santiago con mapas interactivos que resulta muy cómoda si estás haciendo los últimos kilómetros.

La otra desventaja asociada al otoño tiene que ver con que, al terminar la época de mayor afluencia, muchos alojamientos cierran sus puertas para descansar tras un verano trabajando a tope. En los últimos años, sin embargo, hemos visto que cada vez más alojamientos alargan su época de apertura hasta el final de octubre. Así que es cierto: no todos estarán disponibles. Pero, con una planificación adecuada, no tiene por qué ser un problema. El final de septiembre y, sobre todo, octubre, son los mejores meses.

El Camino de Santiago en otoño: caminar acompañados por el sonido de las hojas caídas
El Camino de Santiago en otoño: caminar acompañados por el sonido de las hojas caídas

¿Cuál es la mejor ruta?

¡Otra de las preguntas clásicas! Todas las rutas del Camino de Santiago pueden hacerse en otoño, por supuesto. Pero algunas, debido a sus paisajes boscosos, pueden ser más atractivas.

El Camino Primitivo es, sin duda, una de las que más recomendamos. Las fragas asturianas y gallegas que el Camino atraviesa ganan ese nuevo aspecto lleno de tonos rojizos y amarillos que tanto nos gusta.

Sea como sea, una buena práctica, debido a la meteorología cambiante, es optar por rutas más cortas y en lugares que tengan más servicios. Por eso, aunque insistimos en que todas las rutas son factibles en otoño, al ser Galicia el lugar donde todas van confluyendo y por tener más peregrinos durante todo el año, también es más fácil encontrar los servicios funcionando incluso en otoño e invierno.

El Camino Inglés, por ejemplo, es una opción fantástica. O los últimos kilómetros de las rutas francesa (desde O Cebreiro) y portuguesa (desde Tui o por la costa desde A Guarda).

¿Qué se necesita para hacer el Camino de Santiago en otoño?

La preparación es fundamental en el Camino de Santiago. Lo es todo el año, pero cuando la meteorología puede ser más complicada, planificar es aún más importante.

Para hacer el Camino de Santiago en otoño lo primero es asegurarte de que tendrás opciones para pasar la noche. Nuestra recomendación es, siempre, que vengas al Camino con los alojamientos reservados. Ya sea en albergues o en habitaciones privadas (hoteles, pensiones, posadas, etc.). Además, insistimos siempre en que es mejor anticiparse que dejar las reservas para el último momento. Aunque haya menos personas en el Camino, si va a haber menos alojamiento disponible, el resultado es el mismo. Cuanto más margen tengas, mejor. Y, si lo haces con nosotros, mejores alojamientos podremos conseguir.

La otra gran pata de la preparación es la mochila. Hace un tiempo escribimos sobre qué hay que meter en una mochila para el Camino de Santiago, y hacíamos referencia a las diferentes estaciones del año, porque el equipaje debe adaptarse a las circunstancias, como es obvio. Sea como sea, el sentido común manda: deberás incluir un impermeable ligero, ropa más gruesa y alguna ropa de abrigo.

Si vas a trasladar la mochila por tus propios medios, ten cuidado de no sobrepasar el peso máximo recomendado (la regla del 10%). Si estás pensando en hacer que la traslademos nosotros, de alojamiento a alojamiento, recuerda que hacerlo no te restará “puntos de peregrino”.

Por último, dos recomendaciones generales que, en realidad, sirven para todo el año y que no nos cansaremos nunca de repetir:

  1. No vengas al Camino estrenando calzado. Si te lo has comprado nuevo, asegúrate de utilizarlo todo lo posible antes de comenzar tus etapas del Camino.
  2. Prepárate físicamente para el reto. Aquí te explicamos en detalle cómo puedes hacerlo (y algunas cosas más).

***

Y ahora te hago una pregunta: ¿estás listo para embarcarte en esta aventura? ¿Dejarás que el otoño te susurre al oído mientras caminas?

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