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5 razones para hacer el Camino de Santiago y repetir

En este artículo te resumimos las principales razones para hacer el Camino de Santiago y repetir. Una experiencia única que marcará tu vida para siempre. Si estás buscando un reto personal, una oportunidad de conectarte con la naturaleza o simplemente una manera de desconectar, el Camino de Santiago es la respuesta.
Ideas equivocadas sobre el Camino de Santiago

Hacer el Camino es una experiencia única que atrae a hombres y mujeres de todo el mundo. Cada cual tiene sus propias razones para hacer el Camino de Santiago, pero todas conducen al mismo punto: una de las experiencias vitales más bellas e intensas que se pueden vivir.

La ruta ofrece una gran variedad de experiencias, desde el arte y la cultura hasta la espiritualidad y el disfrute lento de la naturaleza. Es una oportunidad para desconectar de la ajetreada vida cotidiana y relajarse, lo que ayuda a mejorar el estado mental. Caminar durante días por la naturaleza es una forma maravillosa de reconectar con uno mismo, aflojar el stress y recuperar el equilibrio anímico. Además, es una oportunidad para superarse a uno mismo, ya sea física o mentalmente.

También es un desafío que requiere esfuerzo y dedicación, por supuesto. A veces es extenuante. Pero pocas sensaciones hay más intensas que la que se experimenta al llegar al final del recorrido, cuando, aún sin darnos cuenta, comenzamos ya planificar el siguiente.

Además, es una oportunidad para conocer gente nueva, ya que se comparte la ruta con peregrinos de todo el mundo. En definitiva, cada peregrino tiene sus propias razones para emprender este Camino, pero a continuación te presentamos nuestro top 5 de razones para hacer el Camino de Santiago:

1. Motivos religiosos o espirituales para hacer el Camino de Santiago

La más común de las razones para hacer el Camino de Santiago ha sido, a lo largo de la historia, la espiritual. Y por eso la ponemos en primer lugar.

Hoy existen otras motivaciones, como veremos en seguida, pero el origen del Camino es, sin duda, religioso. Más especificamente, cristiano. No en vano los diferentes caminos se han forjado al paso de millones de peregrinos de todas las épocas intentando llegar a la tumba del apóstol Santiago el Mayor para venerar sus restos.

En la actualidad, todavía son muchos los peregrinos que emprenden este Camino por motivos de fe y sentimiento religioso, o como agradecimiento por alguna petición que sienten como cumplida.

Al lado del aspecto religioso está el aspecto espiritual. Las fronteras son difusas y tienen mucho que ver con lo que cada cual entiende por “espiritualidad”.

Por eso, a la hora de obtener la Compostela – el documento religioso que acredita tu peregrinación – la iglesia compostelana reconoce tanto los motivos religiosos como los espirituales.

La Compostela, documento que acredita el Camino de Santiago
La Compostela, documento que acredita el Camino de Santiago

2. El Camino de Santiago como superación personal

Otra de las razones para hacer el Camino de Santiago más comunes es considerarlo como un reto personal, tanto físico como mental.

El desafío físico es evidente. No solo hay que demostrar resistencia para caminar (o pedalear) grandes distancias — generalmente las etapas a pie suelen estar en torno a los 20-25 km y las etapas en bicicleta entre 50-70 km. Algunos trazados también incorporan desafíos técnicos debido al terreno, los desniveles, etc.

Así pues, teniendo en cuenta el estilo de vida principalmente sedentario que tenemos en nuestros días, completar las etapas que nos hemos propuesto y hacerlo no un sólo día, sino en varias jornadas consecutivas, implica vencer límites que muchas veces nos auto-imponemos. Y demonstrarnos a nosotros mismos, así, de lo que realmente somos capaces.

Esto tiene otra ventaja asociada: el Camino de Santiago es una forma excelente de mejorar el estado físico, ya que se caminan o pedalean varios kilómetros al día. Además, al poder elegir entre diferentes rutas con diferentes grados de dificultad, podemos siempre encontrar rutas desafiantes.

Pero el reto no es solamente físico. Durante las etapas nuestra fortaleza mental y nuestra determinación también serán puestos a prueba y habrá que superar los límites de la autocomplacencia y la pereza. Pero, al mismo tiempo, el Camino favorece la introspección y, a medida que avanzamos, reflexiones más profundas irán desplazando los pensamientos rápidos del día a día.

Moverse lentamente durante días por la naturaleza es una forma maravillosa de desconectar y relajarse, lo que ayuda a mejorar el estado de ánimo. El Camino de Santiago es una oportunidad para eliminar el estrés y la ansiedad y encontrar la paz interior. Además, el ritmo lento y la relativa monotonía de la ruta ayudan a reducir la actividad en la corteza prefrontal de nuestro cerebro, lo que se relaciona con una mayor sensación de calma y felicidad. También puede proporcionar un tiempo para tomar distancia, reflexionar y procesar problemas personales o emocionales, lo que puede conducir a una mayor claridad y comprensión. Por eso lo consideramos una experiencia terapéutica para el bienestar.

Recapitulando: esta lectura del Camino como desafío, reto o superación es inevitable, como inevitables son sus efectos positivos. Y por eso suele estar entre las razones más mencionadas, incluso aunque no sea la principal de ellas.

3. Redescubrir la belleza de la naturaleza

El Camino de Santiago recorre paisajes verdaderamente hermosos. Desde las montañas del Pirineo a los verdes campos de Galicia, pasando por las planicies ceralistas castellanas, las verdes costas cantábricas o las tierras del norte de Portugal, por citar solo algunos escenarios.

Al estar compuesto por tan diferentes rutas, siempre nos ofrece la posibilidad de colocarnos ante los diferentes tipos de paisaje y marcos naturales que aparecen ante nuestros ojos conforme vamos avanzando. Incluso es posible asomarse a varios de ellos en un solo viaje, especialmente en rutas medias y largas. Y es una estupenda manera de reconciliarnos con la naturaleza que nos rodea.

En un mundo que se ha acostumbrado a moverse cada vez más rápido, donde lo circundante queda difuminado por la velocidad, el gran secreto del Camino de Santiago está en el movimiento lento que impone la caminata o la bicicleta. A ese paso, el entorno deja de ser lo accesorio, aquello que queda fuera del coche, del tren o de la ventanilla del avión, y se llena de significado.

Conseguir la Compostela puede ser otra de las razones para hacer el Camino de Santiago
Conseguir la Compostela puede ser otra de las razones para hacer el Camino de Santiago

4. Disfrutar del intercambio cultural

Otra de las magníficas razones para hacer el Camino de Santiago es, sin duda, la oportunidad que nos ofrece para conocer e interactuar con gente de diferentes países y culturas. No en vano, por sus rutas se mueven personas de todo el mundo.

En el Camino te encontrarás con gente que habla otros idiomas, tiene otras costumbres y una manera de pensar diferente a la tuya, incluso puede que alguna razón distinta para hacer el Camino, pero todos tenéis un objetivo común.

Al caminar juntos, se forma una comunidad de peregrinos que comparten experiencias, historias y risas. Y además dicen que las amistades que se hace en el Camino son de las que duran muchos años.

5. Aprender de su patrimonio cultural

Esta quinta razón está relacionada con la tercera — la de congraciarse con la naturaleza y el paisaje. Pero apunta en una dirección diferente: a las obras humanas.

Como hemos dicho, no sólo se trata de quemar kilómetros, sino de disfrutar de todo el proceso conociendo todo lo que el Camino tiene a su alrededor: sus historias, su magnífico arte, su gastronomía, incluso sus lenguas y otras tradiciones.

Hacerlo así no sólo te permitirá conocer los principales monumentos del Camino, hijos de distintas épocas, sino que te ayudará también a contextualizarlos. El Camino aparece, así, ante nosotros, como un puente de culturas y costumbres a través de nuestros pasos. Los mismos pasos que canteros y orfebres, reyes y albañiles y una ingente cantidad de peregrinos de otras épocas realizaron en busca de trabajo o redención por una de las sendas más prósperas de la Europa medieval.

Motivos para hacer el Camino de Santiago

Las razones para hacer el Camino de Santiago se resumen en una sola: es una experiencia única. Te animamos a que te embarques en esta aventura y descubras las maravillas que tiene para ofrecer. Una gran variedad de experiencias, desde la relajación y el mejoramiento del estado de ánimo, hasta la superación personal y la conexión con la tradición, la cultura y la espiritualidad de cada persona.

Cada peregrino tiene sus propias razones para acometer la ruta jacobea, pero todas conducen al mismo punto: una de las experiencias vitales más bellas e intensas que se pueden vivir.

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