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Cuidar la alimentación en el Camino de Santiago es esencial para tener una experiencia inmejorable. Sin embargo, en general, se le presta poca atención. En el Manual de Caminantes hemos incluido algunas referencias a la misma, pero hoy queremos dedicarle un artículo específico, para poder ahondar más en ello. Sobre todo porque, además de cuidarla, es importante disfrutar.
La comida más importante del día
Ya lo decían nuestras madres: la comida más importante del día es el desayuno. Y para aquellas personas que hacen el Camino de Santiago aún lo es más. En nuestras sociedades hay personas que hacen grandes desayunos, pero lo más habitual es que vivamos con poco tiempo y el desayuno se reduzca a un café rápido. Muchas personas ni siquiera desayunan.
Sabemos que esto no es bueno en el día a día, pero, en el Camino, simplemente no funciona. Al fin y al cabo, la jornada nos tendrá preparado un buen desafío físico, con un importante consumo calórico (de 100 a 150 kCal por kilómetro y medio caminado). Sin desayuno, o con un desayuno deficiente, es más probable que nos acaben faltando las fuerzas antes de terminar la etapa.
La mayoría de alojamientos del Camino de Santiago son conscientes de esto y dan al desayuno la importancia que merece. Por este motivo, tanto albergues como pensiones y hoteles suelen ofrecer lo que se conoce como un “desayuno reforzado”, en el propio establecimiento o en las inmediaciones. Generalmente, esto se traduce en una cierta cantidad y variedad de alimentos entre los que escoger. Lo más habitual, de hecho, es que nos encontremos con bufés para poder configurar nuestro desayuno a medida.
Un aviso: estos establecimientos suelen tener un horario concreto para servir los desayunos, así que es importante preguntar la noche anterior a qué hora comienza el servicio, para asegurarnos de poder comer algo antes de comenzar la etapa. No suelen hacerlo antes de las 7:30 am, lo que puede ser un problema para quienes quieran comenzar a caminar muy temprano. Ten en cuenta que los horarios de comidas en España son un poco diferentes — desayunos, almuerzos y cenas suelen hacerse más tarde de lo habitual en otros países del entorno.
También es posible que el alojamiento no ofrezca desayuno, sobre todo cuando se trata de albergues. En estos casos, siempre habrá una cafetería cercana donde poder desayunar. O una tienda de alimentación donde hacer una compra rápida. Algunos peregrinos prefieren, de hecho, recorrer algunos kilómetros antes de pararse a desayunar. Sea como sea, es importante evitar largas distancias sin ingerir ningún alimento.
Ahora la pregunta es ¿qué debe contener un desayuno adecuado para la peregrinación? Teniendo en cuenta el esfuerzo físico que tendremos que hacer, está claro que un café o infusión y una tostada van a quedarse cortos. Sin embargo, tampoco conviene comer demasiado, para evitar sentirnos pesados al comenzar la etapa. Deberías procurarte, al menos, alimentos ricos en proteínas (pavo, jamón, y lácteos como el queso o yogures) y azúcares naturales (fruta, mermeladas sin azúcares añadidos y zumos naturales), pero también carbohidratos (pan, tostadas y cereales) y algunas grasas saludables (frutos secos o aceite de oliva).
Un buen desayuno podría ser, por ejemplo, tostadas con aceite de oliva y jamón, un poco de queso y una pieza de fruta o zumo natural, acompañado de un café. O bien unos cereales con yogurt, una pieza de fruta y unos frutos secos. Lo ideal es evitar la repostería industrial, aunque muchos alojamientos suelen ofrecer también bizcochos caseros que valen la pena.
La alimentación en el Camino de Santiago: durante la etapa
También es importante alimentarse durante la etapa. Como hemos dicho, vamos a realizar un gran consumo calórico, y deberemos reponer fuerzas, no solo haciendo paradas para recuperar los músculos, sino aprovechándolas para hidratarnos (más abajo hablamos sobre la hidratación y qué debemos beber) y comer algo. A lo largo del Camino encontrarás multitud de lugares donde hacer estas paradas para reponer fuerzas, desde cafeterías y bares a áreas de descanso y merenderos.
Aquí los frutos secos son el rey, porque son fáciles de transportar en nuestra mochila y no ocupan ni pesan demasiado. Almendras, anacardos, nueces, cacahuetes o pistachos se venden en la mayoría de tiendas de alimentación que encontrarás en el Camino. Pero es importante asegurarnos de que sean crudos o tostados, y nunca en las versiones fritas o dulces que también encontraremos.
Barritas energéticas a base de cereales y muesli son también una opción perfecta, ya que contienen carbohidratos que nos darán una buena dosis de energía. Otra alternativa es la fruta fresca, que aporta una buena dosis de azúcares naturales que nuestro cuerpo puede convertir fácilmente en energía. Por último, también está la opción del chocolate. Aunque no es la alternativa más recomendada, puede funcionar si el consumo es moderado y no hace demasiado calor, porque tiende a derretirse.
El almuerzo: fin de etapa o antes de continuar.
La mayoría de personas que hacen el Camino de Santiago realizan etapas de 20-30 km a pie (unos 50-70 en bicicleta), de manera que terminan la misma pasado el medio día. Como ya hemos dicho que, en general, en España se come tarde, el final de etapa suele coincidir con cocinas abiertas y una magnífica oferta gastronómica. Si ya hemos hemos terminado el trayecto, empaparse de la oferta gastronómica de cada localidad es uno de los mayores placeres del Camino de Santiago.
Pero también puede ocurrir que todavía no hayamos llegado a la meta del día, de modo que deberemos adaptarnos a las circunstancias: si aún debemos continuar el Camino, es preferible un almuerzo ligero, dejando los platos más pesados para disfrutar en la cena, que se acabará convirtiendo en la comida principal del día.
Según avancemos por el Camino, veremos que la mayoría de establecimientos de restauración ofrecen el llamado “menú peregrino”, que es una opción muy económica: generalmente entre los 10 y los 12 euros por persona. El menú peregrino suele consistir en un primer plato, un plato principal y postre o café, con opciones para elegir. La calidad y la variedad de los platos varía mucho de un restaurante a otro, por lo que conviene echar un vistazo antes de decidirse por uno.
Si eres de esas personas a las que les encanta la gastronomía, puede que este menú peregrino te parezca limitado y repetitivo. Por eso, a veces es mejor pedir un único plato de la carta — sobre todo si vas a continuar caminando o pedaleando — o una especialidad de la casa.
Ten en cuenta que el Camino de Santiago atraviesa regiones muy diversas, y que la gastronomía es uno de los principales sus atractivos culturales, así que optar por productos locales y de temporada será siempre una opción más que recomendable.
Cena: el momento de disfrutar
Como hemos dicho, es habitual que, durante el Camino de Santiago, la cena se convierta en la comida principal del día. Hay buenos motivos para ello: estamos más descansados, no tenemos que preocuparnos de seguir caminando o pedaleando después y, además, disponemos de más tiempo, lo que suele traducirse en largas sobremesas con otras personas que, como nosotros, están haciendo el Camino de Santiago. La gastronomía se deja, entonces, acompañar por las historias y las anécdotas. Sobre todo en los albergues, ya que muchos ofrecen la posibilidad de una cena colectiva entre todas las personas que harán noche allí.
Más allá de esto, es el momento perfecto para probar la mayoría de platos populares y tradicionales de la zona. Las verduras navarras, el bacalao al pil pil del País Vasco, las chuletillas al sarmiento de La Rioja, Las sopas de ajo castellanas, el arroz a la Zamorana, la fabada asturiana, el pulpo á feira de Galicia, el bacalhau à brás portugués, etc. Son solo algunas referencias de una oferta mucho más profunda y variada. Lo cierto es que todas las zonas atravesadas por las diferentes rutas del Camino de Santiago tienen su gastronomía, pero el norte de la península tiene una fama totalmente merecida.
Y lo mismo ocurre con los vinos, la cerveza y otras bebidas alcohólicas, cuyo consumo no se recomienda durante la etapa (por las propiedades deshidratantes del alcohol), pero que, con la cena, son un aliciente más para complementar la experiencia.
De nuevo, el horario puede generar cierta controversia. En España es muy infrecuente cenar antes de las 21:00, y muchos restaurantes no abren sus puertas hasta las 20:00, así que para muchas personas que proceden de otros países, se hace tarde. Sobre todo teniendo en cuenta que habrá que madrugar al día siguiente.
Cuidar la hidratación durante el Camino de Santiago
Por último, queremos insistir en que, durante el Camino de Santiago, es fundamental mantenernos hidratados. Durante la etapa sudaremos y perderemos líquidos rápidamente, por lo que es importante reponerlos también. Debemos hacerlo aunque no sintamos sed, en pequeñas cantidades de cada vez.
Sobre los líquidos, cada vez es más habitual recurrir a bebidas energéticas (hipertónicas), aunque estas pueden contener sustancias problemáticas para algunas personas (como la cafeína o la taurina). Lo cierto es que este tipo de bebidas tiene el efecto de combatir la sensación de fatiga, que no es lo mismo que combatir las causas. Por eso, es preferible consumir bebidas rehidratantes (isotónicas o incluso ligeramente hipotónicas), cuyo fin es favorecer la absorción de agua y que suelen contener sustancias como minerales, magnesio, aminoácidos, carbohidratos de asimilación lenta y vitaminas. Sin olvidarnos del agua, que será la opción que tendremos más a mano, tanto embotellada como en fuentes y nacientes que iremos encontrando por el camino.