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Es automático: cuando pensamos en el Camino, pensamos en albergues. Pero, ¿sabes que existen otros tipos de alojamientos en el Camino de Santiago? Existen alternativas a compartir habitación y servicios en un albergue. E incluso entre los albergues, no todos son iguales ni funcionan del mismo modo. Así que aquí tienes nuestra guía rápida para decidir qué tipo es el tuyo y comenzar a planificar tu Camino. Comencemos
Albergues en el Camino de Santiago
Los albergues son el tipo de alojamiento por defecto en el Camino de Santiago. Seguramente porque, históricamente, la oferta hotelera ha descuidado en gran medida los espacios rurales por los que transita el Camino en su mayor parte.
Para muchos peregrinos, el Camino es sinónimo de albergues. Y lo cierto es que en ellos se van creando pequeñas comunidades de caminantes y grandes relaciones de amistad a poder de compartir cenas, anécdotas y pequeñas fiestas al terminar la jornada. No sólo entre los propios peregrinos. También con los y las hospitaleras: las personas que regentan o gestionan los albergues.
En todo caso, no todos los albergues son iguales. Y conviene saber las diferencias.
El primer subtipo son los albergues religiosos, gestionados por congregaciones cristianas o por las propias parroquias. Suelen cobrar en base a donativos con el objetivo de mantener las instalaciones y cubrir los gastos diarios del servicio. Son, por lo tanto, la opción más económica.
Otro tipo son los albergues públicos, tanto de titularidad municipal como de otras administraciones, o de asociaciones locales de Amigos del Camino. El objetivo de esta red es completar la oferta de alojamiento de los albergues religiosos, y sus instalaciones y precios varían en función del Camino y los servicios que ofrecen.
Por último, existen también albergues privados, que en los últimos años se han multiplicado en todos los caminos. Son, a priori, los que ofrecen servicios más completos — porque necesitan el feedback positivo de las personas que los visitan — y tienen, además, una característica que en los otros tipos de albergue no hay: la posibilidad de reservar espacio con antelación. Y esta no es una cuestión menor. Sobre todo en las épocas de mayor afluencia de peregrinos, cuando los albergues se llenan a media mañana y las etapas se convierten, a veces, en un carrera para llegar a tiempo de conseguir una cama.
Pensiones y posadas
Aunque en los últimos años se asocia directamente Camino y albergue, lo cierto es que tradicionalmente los alojamientos que uno podía encontrar en su peregrinación a Compostela eran pensiones y posadas. Las hay de todo tipo y de todos los precios, aunque suelen tener un precio intermedio entre los albergues y la siguiente tipología: los hoteles.
En todo caso, conviene tener en cuenta que, aunque se suele asociar pensiones y posadas con alojamientos de menor calidad que un hotel, esto no es necesariamente cierto en el Camino. Más abajo hablamos sobre este tema y por qué hay que tener cuidado con las ideas preconcebidas en cuanto a alojamientos en el Camino.
Hoteles y casas rurales
La tercera gran tipología de alojamientos son los hoteles. Y, como en las otras, los hay de todo tipo. Desde pequeños hoteles con encanto y mucha historia hasta grandes cadenas hoteleras que han visto en el Camino un destino de gran potencial y quieren completar la oferta para los caminantes más exigentes.
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Existe una corriente de opinión entre algunos peregrinos que considera que los hoteles son contrarios al espíritu del Camino de Santiago. Desde nuestro punto de vista, esto suele relacionarse con una concepción un tanto limitada y estrecha de lo que es el Camino. Sobre todo porque en ningún sitio está escrito que la peregrinación a Compostela deba hacerse durmiendo en literas de a dos y en habitaciones compartidas.
Es cierto que el Camino de Santiago es una ruta de peregrinación, pero hay muchos motivos por los que una persona puede querer embarcarse en esta aventura. Y lo mejor es que todos son compatibles con descansar en las mejores condiciones.
Otros tipos de alojamientos en el Camino de Santiago
En realidad, los tipos de alojamientos en el Camino de Santiago no terminan con estas tres categorías: albergues, pensiones y posadas y hoteles. Existen multitud de variantes de estos tipos, sobre todo de los dos últimos. Desde posadas-boutique a casas de turismo rural — una de las opciones que más suelen gustar —, pasando por monumentos restaurados, antiguos monasterios recuperados, etc.
¿Te imaginas dormir en una antigua abadía, o en un palacio rural restaurado?
Sobre las categorías de los hoteles
En el Camino de Santiago, la tradicional división de los alojamientos por el número de estrellas es inútil. ¿Por qué? Porque ese sistema tiene en cuenta una serie de elementos como el tamaño de la habitación o del baño, que pueden definirse más fácilmente para los alojamientos de nueva construcción, pero que es difícil de aplicar en edificios restaurados o reconvertidos como pazos, casonas, faros, monasterios, etc., o a posadas tradicionales que llevan un siglo atendiendo peregrinos de todo el mundo.
Además, teniendo en cuenta que el Camino de Santiago atraviesa principalmente zonas rurales, la oferta de alojamientos no puede limitarse a hoteles. Pensiones, hostales, casas rurales y otras tipologías que tradicionalmente se consideraban «de menor calidad» completan en el Camino de Santiago un abanico de posibilidades a la altura de los mejores hoteles. Por ello, en Viando hemos decidido definir el tipo de alojamientos atendiendo a la calidad de los mismos y a su oferta de servicios para el/la caminante, y no tanto en base a los metros cuadrados de la estancia.
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